UFP denuncia la distinción otorgada de forma póstuma por "no ajustarse a la normativa vigente" y solicitan una rectificación

Categoría: Prensa
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Polémica por la medalla al policía arrollado en Málaga: "Debería ser de oro".

La trágica muerte del subinspector Antonio R., de 48 años, ha sacudido a la ciudad de Málaga y al cuerpo de la Policía Nacional. Antonio perdió la vida la madrugada del jueves 5 de junio tras ser arrollado por unos delincuentes que huían a toda velocidad por la autovía A-7 en sentido contrario. El agente, jefe de la unidad nocturna ‘Gotham’, se dirigía a su domicilio en Benalmádena tras una larga jornada de trabajo cuando se produjo el brutal choque frontal.

Sobre las 10 de esta mañana, se ha celebrado el funeral del agente fallecido en el exterior de la Comisaría provincial, en la plaza Manuel Azaña. Allí, se han presentado más de cien compañeros del cuerpo para presentar sus respetos al féretro. También lo han acompañado amigos y familiares hasta el pabellón principal de las instalaciones, donde se le ha colocado la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo.

Sin embrago, lo que ha sido calificado como una tragedia evitable por numerosos compañeros, ha desencadenado también una fuerte polémica. Precisamente el tipo de reconocimiento póstumo otorgado a Antonio. La Unión Federal de Policía (UFP) ha mostrado su profunda indignación por la concesión de la Medalla de Ingreso en la Orden al Mérito Policial el distintivo rojo. Según el sindicato, esta distinción no se ajusta a la normativa vigente y “no contempla esa concesión en este tipo de casos”. Por ello, han solicitado de forma oficial que se rectifique y se le otorgue la Medalla al Mérito Policial con distintivo de oro, el más alto galardón honorífico dentro del cuerpo.

“La medalla tiene que ser de oro. Antonio murió en acto de servicio, cumpliendo su deber hasta el último segundo. Su pérdida no puede ser tratada con una distinción menor que no refleja el sacrificio realizado”, afirma la UFP en un comunicado contundente, en el que adjuntan la normativa que regula estas distinciones. Según la Ley 5/1964, de 29 de abril, se establece que la medalla de Oro o de Plata al Mérito Policial se recibe entre otras condiciones. Tales, como si “resulta muerto en acto de servicio o con ocasión de él, sin menoscabo del honor; ni por imprudencia”. Para el sindicato, no solo se trata de una cuestión de protocolo, sino de justicia y de memoria hacia un agente que entregó su vida por proteger a los demás.

La distinción roja, en cambio, se otorga cuando “resulta herido en acto de servicio o con ocasión de él, sin menoscabo del honor, ni por imprudencia, impericia o accidente” o “realiza, en circunstancias de peligro para su persona, un hecho abnegado o que ponga de manifiesto un alto valor en el funcionario, con prestigio para la Corporación o utilidad para el servicio”.

El sindicato JUPOL califica de "insuficiente" este reconocimiento y también reivindican que se le otorgue la Medalla de Oro al Mérito Policial, ya que "no solo honra su entrega y sacrificio, sino que sienta un precedente de agradecimiento institucional hacia quienes, como Antonio, sacrifican su vida por la seguridad y el bienestar de todos". Por eso mismo piden a la Dirección General de la Policía y al Ministerio del Interior a rectificar "con urgencia".

La historia de Antonio ha calado profundamente en la sociedad malagueña. Oriundo de Benarrabá, hijo de policía y padre de dos adolescentes, era un profesional muy respetado dentro de la Comisaría Provincial de Málaga. Había trabajado en distintos grupos operativos, siempre vinculado a la lucha contra la delincuencia, y contaba con varias condecoraciones previas por su dedicación y entrega.

La noche del accidente, Antonio acababa de participar en una operación en la que se detuvo a cuatro personas implicadas en robos. Horas después, en otro intento delictivo frustrado, tres miembros de una banda organizada de Europa del Este emprendieron la huida tras intentar robar una farmacia en el barrio de Puerto de la Torre. Al verse cercados, tomaron la autovía en sentido contrario, provocando el impacto fatal. El vehículo de los delincuentes, ardió tras el choque, causando la muerte de todos sus ocupantes y del subinspector.

El suceso, además, ha abierto un debate sobre la seguridad en Málaga, concretamente en las farmacias. Desde instituciones como el Colegio Oficial de Farmacéuticos se ha denunciado el incremento de la inseguridad en horario nocturno, mientras que políticos como la consejera de Economía, Carolina España, han criticado la falta de recursos y medios para combatir este tipo de delincuencia organizada. “Se les ha ido de las manos. Esto no puede seguir así”, manifestó.

Compañeros del subinspector también han aprovechado para denunciar las condiciones en las que trabajan. Falta de personal, escasez de chalecos de protección, y un catálogo de puestos desfasado son solo algunas de las carencias que, según ellos, ponen en riesgo su integridad cada día. “Esto es un descontrol. Nos jugamos la vida y luego no se nos reconoce como merecemos”, expresaba un agente a este diario

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