1.- Ni el Sr. Ortega, ni ningún diputado tienen autoridad para amenazar, coaccionar o intentar dirigir ningún trabajo de la Policía.
2.- Nos hubiera gustado ver al Sr. Ortega presentarse con su credencial de Diputado en la Plaza Urquinaona o en las manifestaciones de “rodea el Congreso” a arengarnos de la misma manera en que lo hizo ayer, pero en aquellos casos, como ahora, la Policía le importa muy poco y solo trata de obtener beneficio político a nuestra costa.
3.- Hay que recordarle al Sr. Ortega que estos policías son los mismos que defendían a su jefe, el Sr. Abascal, cuando le apedreaban en un mitin en Vallecas, pero entonces éramos los buenos.
4.- Instrumentalizar la labor de la Policía, según quién esté detrás de las pancartas, es un grave error que, sin duda, conllevará un coste político para VOX, como lo está también teniendo para el Gobierno.
5.- Nadie tiene que venir a decirnos como tenemos que hacer nuestro trabajo y menos a las UIPs que constituyen un referente mundial en materia de orden público y a las que queremos mostrar todo nuestro apoyo y cariño. Ni antes éramos los piolines de Fernández Díaz, ni ahora somos los esbirros de Grande Marlasca.
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